miércoles, 7 de noviembre de 2012
EL FOULARD
A Marta le encantaban los buhos. Los coleccionaba desde que era pequeña, tenía cientos, todos de diversas formas y procedencias.
Yo, había decidido regalarle un día algo especial y me puse en contacto con una tienda en Roma en la que personalizaban pañuelos de seda pintados a mano. Me sugirieron un foulard con la silueta de un buho, apenas esbozado en cada extremo, con el fondo rojo,su color favorito.
- ¡Me encanta cariño, es precioso! me dijo mientras me besaba apretadamente.
Nuestra unión había perdido algo de aquella pasión primera y poco a poco dejaba paso a la costumbre, pero nos queríamos y eso era lo mas estimulante de todo.
Aquel día Marta se fué de compras con una amiga y no volvería hasta la tarde. Estaba preciosa.
El foulard flotaba con vida propia alrededor de su cuello.
Cuando salí de la oficina la llamé para proponerle cenar juntos en un restaurante que nos gustaba mucho. Su móvil estaba desconectado. Le dejé un mensaje y luego llamé a mi socio Carlos que no había podido ir al bufete, para recoger unos documentos importantes de un caso que tenía que resolver al día siguiente.
Cuando le ví, tenía muy mala cara, parecía enfermo.
- ¿Que te pasa, te encuentras mal?
- Me parece que es gripe. En un par de días estaré bien.
Mientras se fué a recoger los documentos de su despacho, paseé mi mirada por aquél salón que ya conocía y, de repente, algo llamó mi atención. Un trozo de tela roja asomaba en el suelo detrás de un sillón. Antes de recogerlo, algo se encogió dentro de mí, supe lo que era. Lo tomé en mis manos y, aquella pieza exclusiva de tela con aquellos ojos de búho que me miraban como asombrados, me lo dijo todo, todo lo que yo jamás habría sospechado.
- No te preocupes, ella te ama. He intentado retenerla, nuestra breve relación fué un error del que se arrepiente. Yo no, yo la quiero para mí, pero tú eres y serás siempre su amor y por eso, hoy me ha dicho adiós. La sangre se había retirado de mi cuerpo,el mazazo me había dejado sin habla. Cogí el pañuelo y salí. Conduje durante horas sin rumbo. Cuando llegué a casa subí al dormitorio directamente y coloqué el foulard sobre una silla.
- Hola cariño, no te oí llegar.
- Perdona, se me ha hecho tarde en el despacho.
La miré a los ojos y lo que ví en ellos fué tan revelador que, la estreché entre mis brazos. No sé si vió el pañuelo en ese momento o al día siguiente, no me importaba, solo supe que aquello nos había unido definitivamente.
PREFERIRÍA NO HACERLO
Preferiría que nunca nos gobernasen incompetentes con ínfulas de infalibilidad.
Preferiría que no hubiera leyes injustas o aplicadas injustamente.
Preferiría que no hicieran daño a ningún animal por diversión.
Preferiría que no se jugase con la buena fe de la gente humilde.
Preferiría no tener motivos para no creer en los políticos que me gobiernan.
Preferiría no pensar que alguien no merece mi atención.
Preferiría no tener que arrepentirme por recordar algunos sueños.
Preferiría que no cundiese el pesimismo que atenaza nuestra sociedad actual.
Preferiría que no hubiera tanta desesperanza provocada por unos pocos..
Preferiría no hacerlo mal, convencida de que estoy haciéndolo bien.
Preferiría no ser tan maniática del orden.
Preferiría no ser tan vulnerable.
Preferiría no sobrevivir a mis hijos.
Preferiría no darme cuenta cuándo no soy querida por alguien que quiero.
Preferiría no escuchar el llanto de dolor de un niño.
Preferiría que no hubiera nadie feliz por hacer a otros desgraciados.
Preferiría que nunca mas haya rencores fraticidas que conduzcan a una guerra.
sábado, 23 de junio de 2012
YO CREO QUE YO
Me gusta ser positiva, aunque muchas veces me domine la negatividad. Me resulta imposible hacer daño conscientemente. Estoy agradecida a la vida que me ha tocado vivir en este tiempo de cambios y avances extraordinarios. No soporto la mala educación y la grosería disfrazadas de modernidad. Algo de lo que me parecía injusto en un tiempo, con los años pienso que fué necesario. Sé que podría haber hecho las cosas mejor, pero tambien peor, así que no le doy mas vueltas. Me gusta aprender y sacar lo mejor de personas a las que merece la pena escuchar. La mirada me dice mucho de quien tengo enfrente. Me encanta contemplar la paz del sueño de un bebé. No quiero renunciar a mis sueños, son fantásticos, son imposibles, pero son mios , y son lo único que no puedo compartir. Prefiero comunicarme con alguien en persona que a través de la frialdad de un teléfono. Me apena ver como cosas que se han construido con el esfuerzo y el tesón de muchas personas y durante mucho tiempo, se malverse y se deshaga con total indiferencia e impunidad. Me gustan los jóvenes que no se conforman, que luchan por un mundo mas justo sin perder el respeto a los demás. Hay ciudades de calles y rincones que me evocan recuerdos que nunca viví. Hay momentos que necesito estar sola. Cuando contemplo el mar tan inmenso, la naturaleza tan sabia , tan extraordinaria ,pienso que quizá Dios no haya debido crear a los seres humanos. Hay épocas de la Historia a las que me gustaría "asomarme". Me gusta pensar que la muerte sea el retorno al estado anterior al nacimiento. Tengo miedo a la oscuridad y a las películas de miedo. Mi timidez sigue siendo un lastre aunque aprendí a disimularla. No sé lo que es la envidia, pero sí la admiración. La suerte para mí es fruto del azar pero además hay que trabajársela. Ya no me afectan tanto las decepciones y los desengaños, mi madurez me ha hecho fuerte. Tengo pánico a las arañas. Me gustaría creer que la paz no es una utopía.
miércoles, 20 de junio de 2012
Once años contigo
Miro de vez en cuando las fotos del viejo albúm donde guardo las fotos aquellas en blanco y negro en las que se reflejan los tiempos de mi infancia. Ahí están mis padres en el día de su boda, tan guapos,tan jóvenes, tan felices...Tenian un cierto parecido, sólo que mi padre era muy alto y mi madre bajita.Yo me quedé en un término medio aceptable.
Tengo recuerdos de mi padre muy nítidos, a pesar del tiempo transcurrido y de que a mis once años cuando aquel amor que reflejaban sus caras en la foto de la boda se acabó y decidieron separarse. No tengo nada que reprocharles, porque eran sus vidas y de una forma o de otra recibí su cariño y sus cuidados con el sacrificio que significaba eso entonces.
Yo era muy trasto y siempre estaba maquinando diabluras. Mi madre decía que cuando no me oía se echaba a temblar.En el jardín de la casa donde nací a las afueras de Oviedo, teníamos una higera a la que me encantaba encaramarme,y un día mi madre me oyó chillar, se asomó a la ventana y vió horrorizada como me había quedado enganchada de una rama. Llamó a gritos a mi padre y él al ver la escena le entró un ataque de risa que no era capaz a bajarme del árbol. Tambien me contaba historias fantásticas que se inventaba sobre la marcha y yo le escuchaba con la boca abierta.Los domingos me llevaba al catecismo y luego a tomar el aperitivo, me sentaba encima de la barra y me daba las aceitunas y las gambas peladas, luego mi madre le echaba la bronca porque yo ya no tenía ganas de comer.
Era un nadador excepcional, salvó a dos personas de morir ahogadas .Cuando íbamos a la playa ,observaba el mar y sabía cuando no debía meterse. Se iba nadando mar adentro y mi madre se quería morir, pero él siempre volvía.Quizá yo heredé su fascinación por el mar aunque como nadadora me quedé en tirando a regular.
Sus cenizas fueron a ese mar como era su deseo. Allí quiero yo llegado el día encontrarme con él y que me cuente mas historias como aquellas, y decirle que permanece en mi recuerdo como entonces,
y que nunca querría haber tenido otro padre que no fuese él.
Tengo recuerdos de mi padre muy nítidos, a pesar del tiempo transcurrido y de que a mis once años cuando aquel amor que reflejaban sus caras en la foto de la boda se acabó y decidieron separarse. No tengo nada que reprocharles, porque eran sus vidas y de una forma o de otra recibí su cariño y sus cuidados con el sacrificio que significaba eso entonces.
Yo era muy trasto y siempre estaba maquinando diabluras. Mi madre decía que cuando no me oía se echaba a temblar.En el jardín de la casa donde nací a las afueras de Oviedo, teníamos una higera a la que me encantaba encaramarme,y un día mi madre me oyó chillar, se asomó a la ventana y vió horrorizada como me había quedado enganchada de una rama. Llamó a gritos a mi padre y él al ver la escena le entró un ataque de risa que no era capaz a bajarme del árbol. Tambien me contaba historias fantásticas que se inventaba sobre la marcha y yo le escuchaba con la boca abierta.Los domingos me llevaba al catecismo y luego a tomar el aperitivo, me sentaba encima de la barra y me daba las aceitunas y las gambas peladas, luego mi madre le echaba la bronca porque yo ya no tenía ganas de comer.
Era un nadador excepcional, salvó a dos personas de morir ahogadas .Cuando íbamos a la playa ,observaba el mar y sabía cuando no debía meterse. Se iba nadando mar adentro y mi madre se quería morir, pero él siempre volvía.Quizá yo heredé su fascinación por el mar aunque como nadadora me quedé en tirando a regular.
Sus cenizas fueron a ese mar como era su deseo. Allí quiero yo llegado el día encontrarme con él y que me cuente mas historias como aquellas, y decirle que permanece en mi recuerdo como entonces,
y que nunca querría haber tenido otro padre que no fuese él.
sábado, 21 de abril de 2012
Producción Propia
Pasaste en un instante...
Llegaste sin sentirte, te conocí sin verte
y te amé sin esperarte...
Dame tu mano fuerte y juntos caminaremos por el sendero,
aunque sea duro, rocoso y pendiente,
no te soltaré nunca mi amor,
hasta mi muerte...
Escrito en una bolsa de papel
Un viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía:
" Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo mojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión."
El nieto preguntó:
" Abuelo, ¿ dime cúal de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón ?
El abuelo contestó:
" Aquel que yo alimente."
" Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo mojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión."
El nieto preguntó:
" Abuelo, ¿ dime cúal de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón ?
El abuelo contestó:
" Aquel que yo alimente."
viernes, 20 de abril de 2012
La Insatisfacción
Tienes algo más que muchos, pero que no sabes que tienes porque para tí no es nada, no significa nada.
Repásalo, pero lentamente, desde el principio, y no caigas en la tentación de echarle la culpa a otros. Es tu vida. Tuya.. Te han dado unos materiales más o menos sólidos para que apuntalaras unos cimientos, y a partir de ahí tú has construido el edificio como has querido.
Nadie es perfecto, no existen los ideales, todos tenemos pies de barro. Por eso, antes de juzgar y reprochar, mírate y analízate. Si crees que no te dieron, ¿Que has dado tú?
No existe la felicidad completa, pero hay que luchar por acercarse, y la mejor manera es, cuando los que quieres se mueven felices a tu alrededor, seguros de que eso te hace feliz a tí támbien. Si no lo logras por lo menos lo habrás intentado.. Es duro cuando te lo reprochan, cuando te restregan ese fracaso por la cara, cuando hagas lo que hagas crean que no has luchado lo suficiente, que no has prestado atención o que se la has dado a otros.
La insatisfacción es una de las cosas más frustrantes de la vida. Cuando no se aprecian las cosas por insignificantes que sean, una caricia, una palabra de ánimo en el momento oportuno, cuando te paras a pensar que siempre hay alguien a tu lado en los momentos mas duros. Eso bastaría para otros pero no para tí. Tu te empeñas en regodearte en tu propia frustración. Quieres ser víctima, (nadie te quiere), y para ello, apartas sin ninguna consideración a los que más te aman, a los que sabes positivamente que no te van a abandonar. No es justo, aparentas dureza y sufres antes de demostrar tus sentimientos más débiles, pero no claudicas y gozas sufriendo sin motivo.¡Que pena! Es una forma de pasar la vida conscientemente insatisfecho. Cuando no seas tú quien reproches, cuando recibas incomprensión, la misma que tú das, quizá sea tarde...La vida pasa en un suspiro y tambien factura los daños de no saber manejar las ocasiones y oportunidades que nos brindó. Aún hay tiempo,
busca la felicidad de otra forma, como quieras pero cambia. ¡Ahora!
Repásalo, pero lentamente, desde el principio, y no caigas en la tentación de echarle la culpa a otros. Es tu vida. Tuya.. Te han dado unos materiales más o menos sólidos para que apuntalaras unos cimientos, y a partir de ahí tú has construido el edificio como has querido.
Nadie es perfecto, no existen los ideales, todos tenemos pies de barro. Por eso, antes de juzgar y reprochar, mírate y analízate. Si crees que no te dieron, ¿Que has dado tú?
No existe la felicidad completa, pero hay que luchar por acercarse, y la mejor manera es, cuando los que quieres se mueven felices a tu alrededor, seguros de que eso te hace feliz a tí támbien. Si no lo logras por lo menos lo habrás intentado.. Es duro cuando te lo reprochan, cuando te restregan ese fracaso por la cara, cuando hagas lo que hagas crean que no has luchado lo suficiente, que no has prestado atención o que se la has dado a otros.
La insatisfacción es una de las cosas más frustrantes de la vida. Cuando no se aprecian las cosas por insignificantes que sean, una caricia, una palabra de ánimo en el momento oportuno, cuando te paras a pensar que siempre hay alguien a tu lado en los momentos mas duros. Eso bastaría para otros pero no para tí. Tu te empeñas en regodearte en tu propia frustración. Quieres ser víctima, (nadie te quiere), y para ello, apartas sin ninguna consideración a los que más te aman, a los que sabes positivamente que no te van a abandonar. No es justo, aparentas dureza y sufres antes de demostrar tus sentimientos más débiles, pero no claudicas y gozas sufriendo sin motivo.¡Que pena! Es una forma de pasar la vida conscientemente insatisfecho. Cuando no seas tú quien reproches, cuando recibas incomprensión, la misma que tú das, quizá sea tarde...La vida pasa en un suspiro y tambien factura los daños de no saber manejar las ocasiones y oportunidades que nos brindó. Aún hay tiempo,
busca la felicidad de otra forma, como quieras pero cambia. ¡Ahora!
domingo, 25 de marzo de 2012
IARA
IARA
Llegaste al mundo. Nadie te esperaba. Algo te incomodaba en el vientre de tu madre. llamaste con fuerza, una fuerza inusitada en tu minúsculo cuerpecito. Querías salir, asomarte cuanto antes a las vida. Fué muy rápido para mi, todo sucedió en pocas horas, pero, ¿ Y para tí ? No quiero pensar en lo que has sufrido, en lo que has peleado, y por fin, una vez te sacaron de tu encierro, pude ver tu carita pequeñísima y amoratada y toda tú con tubos y vías por todas partes.
Casi no me dejaron verte, te perdiste en un segundo dentro de aquella incubadora, por los pasillos del hospital rodeada por apresurados médicos. Lloré. Había soñado recibirte con lágrimas, pero lágrimas de alegría, éstas eran de angustia y sobre todo de miedo, Miedo a perderte al poco de tenerte, por haberte anhelado y por haber soñado que jugaba contigo en los campos de mi imaginación. Te quise desde que tuve noticias de tí, no hubo día que no ocuparas un espacio en mis pensamientos, ganaste mi corazón y pasaste a presidir las prioridades de mi vida. Mi niña, mi princesa, eres luchadora y valiente, tienes fuerza, y por eso, poco a poco, irás rodeando los escollos que tan tempranamente se interponen en tu camino. Cojo tu manita y siento tu fuerza, creo que no te vas a conformar, no vas a dejar paso a las dudas, vas a ser noble y buena, pero no pusilánime ni débil y serás siempre dueña de tu destino. Yo ya formo parte de tí, hoy, y para siempre, soy tu prisionera cuando sonríes, soy tu vigía cuando duermes, soy...tu abuela.
jueves, 22 de marzo de 2012
El año de la muerte de Ricardo Reis José Saramago
"...Quién diga que la naturaleza se muestra indiferente a los dolores y preocupaciones de los hombres es que no sabe ni de hombres ni de naturaleza. Un disgusto, por pequeño que sea, una jaqueca, incluso de las más soportables, trastornan inmediatamente el curso de los astros, perturban la regularidad de las mareas,retrasan el nacimiento de la luna, y ,sobre todo, desajustan las corrientes del aire, el sube y baja de las nubes, basta con que falte el último céntimo a los escudos reunidos para el pago de la letra, y los vientos se levantan, se abre el
cielo en cataratas, es la naturaleza toda compadeciéndose del afligido deudor..."
SINOPSIS
Ricardo Reis, desde el Hotel Braganca, se va encontrando una Lisboa de algodón donde los hombres y mujeres se dan besos sin futuro. Lisboa es para él un gran silencio rumoroso. Nada más.
Lisboa,Pessoa y el autoritarismo serán el epicentro de El año de la muerte de Ricardo Reis, una de las mayores muestras del talento narrativo de José Saramago, escritor comprometido con la realidad, consciente de que "fatiga más lo que no se hace". Merece la pena pasear por las calles de una ciudad que el escritor llega a convertir en mágica y que utiliza para llevarnos a todos los rincones del alma.
cielo en cataratas, es la naturaleza toda compadeciéndose del afligido deudor..."
SINOPSIS
Ricardo Reis, desde el Hotel Braganca, se va encontrando una Lisboa de algodón donde los hombres y mujeres se dan besos sin futuro. Lisboa es para él un gran silencio rumoroso. Nada más.
Lisboa,Pessoa y el autoritarismo serán el epicentro de El año de la muerte de Ricardo Reis, una de las mayores muestras del talento narrativo de José Saramago, escritor comprometido con la realidad, consciente de que "fatiga más lo que no se hace". Merece la pena pasear por las calles de una ciudad que el escritor llega a convertir en mágica y que utiliza para llevarnos a todos los rincones del alma.
domingo, 19 de febrero de 2012
PABLO
Es grande, de ademanes torpes, desmañados. Tiene unos cincuenta y tantos años, cara angulosa, cejijunto y de mirada huidiza. Camina un poco encorvado y como si le pesaran los pies.
Acostumbra a ir a pescar a la playa, no importa si llueve o truena. El sale de casa con sus aperos de pesca al hombro y sus botas de agua que arrastra como si le quedaran varios números mas grandes. Es parco en palabras pero siempre contesta con amabilidad a cualquier requerimiento.
Parece extraño, vive solo, aunque de tarde en tarde recibe la visita de un familiar que le ayuda con las tareas de la casa. Sus horarios son de lo mas chocantes. Si alguna vez por algún motivo te levantas de la cama en mitad de la noche y miras por la ventana, le puedes ver paseando solo, como si tal cosa,como si fueran las doce del mediodía. Si alguien le pregunta porqué sale a esas horas, contesta, que le gusta la paz de la noche y poder contemplar las estrellas, además alega que los aromas de la naturaleza son mas intensos a esas horas.
Su vestimenta la soluciona con unos desgastados pantalones de mahon y unas camisas y jerseys de colores indefinidos de puro viejos. Un día de invierno se fué a hacer la compra envuelto en una manta de la cama por que no encontró su zamarra.
No es un indigente, su paga le dá para vivir, pero como él dice, no tiene necesidad de ropa pues ya tiene esa y para qué mas.
Se sienta muchas veces en una roca de la playa y cuando no hay pesca, se pasa horas y horas ontemplando el mar sin importarle elfrio o la lluvia.
Como ya dije es un ser extraño, pero hay algo en él que inspira ternura. Quizá tiene ese halo que dejan tras de sí las personas puras y sin dobleces, o los perros grandotes y destartalados de mirada infiníta´o los interrogantes de la inocencia de un niño.
No sé que es...pero no necesito conprender lo que hace, simplemente le observo de lejos y me parece un ser en paz consigo mismo, en comunión con la naturaleza que le reclama. El resto del mundo sigue girando, pero él no pretende siquiera que sea a su alrededor. Aún le observo...Creo que es muy feliz así. Presiento su sonrisa...
sábado, 18 de febrero de 2012
ME ACUERDO
Me
acuerdo de la impresión que me produjo contemplar por primera vez y muy
cerca las impresionantes pirámides de Gizeh. Llegamos de noche y por tanto no se
veía nada. Durante el espectáculo de luz y sonido se iluminaron de pronto y se
me cortó la respiración.
Me acuerdo de la emoción que me embargó cuando ví, sentada yo en el transportín del avión en mi primer vuelo, el nombre de Iberia pintado en la puerta. Se había cumplido mi sueño.
Me acuerdo de la primera vez que ví el nacimiento de un niño, yo era estudiante de emfermería y como estaba en el paritorio, lloré de la emoción. El padre asustado me preguntó si a su bebé le sucedía algo malo.
Me acuerdo de cuando contemplé por primera vez desde el monumento del Corcovado la bellísima panorámica de la ciudad de Rio de Janeiro.
Me acuerdo cuando veo algún perro pastor alemán de mi perro Kaiser.Nunca le olvidaré.
Me acuerdo del tacto áspero de la barba de mi padre. Me acercaba la cara sin afeitar y me hacía rabiar.
Me acuerdo del tacto suave como de melocotón de la piel de mis hijos cuando eran bebés.
Me acuerdo del tacto frio y del repelús que me produjo tocar una serpiente que llevaron al colegio en la clase de ciencias naturales.
Me acuerdo de cuando cepillaba mi perro, el tacto de su pelo suave y brillante.
Me acuerdo de la emoción que me produjo el contacto de nuestras manos fuertemente unidas por vez primera.
Me acuerdo, aquí, tierra adentro del sonido del mar, ese mar bravo y frio al que siempre vuelvo.
Me acuerdo del sonido dulce y cariñoso de la voz de mi abuela, dándome consejos, riñéndome sin reñir, dándome su inolvidable ejemplo.
Me acuerdo del sonido de la gaita de mi tierra. Cada vez que la escucho me emociona.
Me acuerdo del griterío que se montaba a la salida de mi colegio. Salíamos como toros del toril.
Me acuerdo con emoción del primer signo vital de mi nietecita. El sonido de su llanto fué como un rayo de esperanza.
Me acuerdo del sabor del chocolate con pan de las meriendas de mi infancia.
Me acuerdo del sabor salobre de las gambas que me daba mi padre, sentada yo sobre el mostrador del bar en el que él solía tomar el aperitivo.
Me acuerdo de como me gustaban las tiras de regaliz negro que me dejaban la boca digna de mi apellido.
Me acuerdo del sabor del chocolate caliente que preparaba mi abuela en la chocolatera de cobre, mientras los nietos esperábamos impacientes con las tazas sobre la mesa.
Me acuerdo del sabor ácido y refrescante de las manzanas que caían del manzano que había en el me daba jardín de mi infancia, eran verdes y duras pero de un sabor único.
Me acuerdo del olor del jabón Heno de Pravia con el que mi madre me bañaba. Me enjabonaba y frotaba tanto que dolía. Cuántas veces después he tenido ese jabón en mis manos pero ya no es el mismo olor que yo recuerdo.
Me acuerdo del olor de la ropa planchada. La planchaba mi madre con aquellas planchas de hierro que ponía sobre la superficie de la cocina de leña. La ropa olía a yerba, a sol, todo eso se concentraba con la plancha. Yo ponía mi cara sobre la pila de ropa y mi madre me daba algún que otro capón.
Me acuerdo del olor a frescura, a colonia en el pelo mojado que se ponía Juan. Creo que era Yacht Man. Me encantaba y así poco a poco me fuí fijando en más cosas.
Me acuerdo del olor a bebé cuando bañaba a mis hijos.
Me acuerdo de como olían a hierba recién cortada los prados cercanos a la casa de mi niñez. La apilaban y formaban las varas donde se secaba. Ese olor llegaba e inundaba toda la casa en verano.
Me acuerdo de la emoción que me embargó cuando ví, sentada yo en el transportín del avión en mi primer vuelo, el nombre de Iberia pintado en la puerta. Se había cumplido mi sueño.
Me acuerdo de la primera vez que ví el nacimiento de un niño, yo era estudiante de emfermería y como estaba en el paritorio, lloré de la emoción. El padre asustado me preguntó si a su bebé le sucedía algo malo.
Me acuerdo de cuando contemplé por primera vez desde el monumento del Corcovado la bellísima panorámica de la ciudad de Rio de Janeiro.
Me acuerdo cuando veo algún perro pastor alemán de mi perro Kaiser.Nunca le olvidaré.
Me acuerdo del tacto áspero de la barba de mi padre. Me acercaba la cara sin afeitar y me hacía rabiar.
Me acuerdo del tacto suave como de melocotón de la piel de mis hijos cuando eran bebés.
Me acuerdo del tacto frio y del repelús que me produjo tocar una serpiente que llevaron al colegio en la clase de ciencias naturales.
Me acuerdo de cuando cepillaba mi perro, el tacto de su pelo suave y brillante.
Me acuerdo de la emoción que me produjo el contacto de nuestras manos fuertemente unidas por vez primera.
Me acuerdo, aquí, tierra adentro del sonido del mar, ese mar bravo y frio al que siempre vuelvo.
Me acuerdo del sonido dulce y cariñoso de la voz de mi abuela, dándome consejos, riñéndome sin reñir, dándome su inolvidable ejemplo.
Me acuerdo del sonido de la gaita de mi tierra. Cada vez que la escucho me emociona.
Me acuerdo del griterío que se montaba a la salida de mi colegio. Salíamos como toros del toril.
Me acuerdo con emoción del primer signo vital de mi nietecita. El sonido de su llanto fué como un rayo de esperanza.
Me acuerdo del sabor del chocolate con pan de las meriendas de mi infancia.
Me acuerdo del sabor salobre de las gambas que me daba mi padre, sentada yo sobre el mostrador del bar en el que él solía tomar el aperitivo.
Me acuerdo de como me gustaban las tiras de regaliz negro que me dejaban la boca digna de mi apellido.
Me acuerdo del sabor del chocolate caliente que preparaba mi abuela en la chocolatera de cobre, mientras los nietos esperábamos impacientes con las tazas sobre la mesa.
Me acuerdo del sabor ácido y refrescante de las manzanas que caían del manzano que había en el me daba jardín de mi infancia, eran verdes y duras pero de un sabor único.
Me acuerdo del olor del jabón Heno de Pravia con el que mi madre me bañaba. Me enjabonaba y frotaba tanto que dolía. Cuántas veces después he tenido ese jabón en mis manos pero ya no es el mismo olor que yo recuerdo.
Me acuerdo del olor de la ropa planchada. La planchaba mi madre con aquellas planchas de hierro que ponía sobre la superficie de la cocina de leña. La ropa olía a yerba, a sol, todo eso se concentraba con la plancha. Yo ponía mi cara sobre la pila de ropa y mi madre me daba algún que otro capón.
Me acuerdo del olor a frescura, a colonia en el pelo mojado que se ponía Juan. Creo que era Yacht Man. Me encantaba y así poco a poco me fuí fijando en más cosas.
Me acuerdo del olor a bebé cuando bañaba a mis hijos.
Me acuerdo de como olían a hierba recién cortada los prados cercanos a la casa de mi niñez. La apilaban y formaban las varas donde se secaba. Ese olor llegaba e inundaba toda la casa en verano.
miércoles, 15 de febrero de 2012
BIENVENIDOS A MI BLOG
Bienvenidos.Desde este blog voy a empezar a escribir historias, vivencias y tratar de reflejar mis ideas y pensamientos.
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