sábado, 23 de junio de 2012

YO CREO QUE YO

Me gusta ser positiva, aunque muchas veces me domine la negatividad. Me resulta imposible hacer daño conscientemente. Estoy agradecida a la vida que me ha tocado vivir en este tiempo de cambios y avances extraordinarios. No soporto la mala educación y la grosería disfrazadas de modernidad. Algo de lo que me parecía injusto en un tiempo, con los años pienso que fué necesario. Sé que podría haber hecho las cosas mejor, pero tambien peor, así que no le doy mas vueltas. Me gusta aprender y sacar lo mejor de personas a las que merece la pena escuchar. La mirada me dice mucho de quien tengo enfrente. Me encanta contemplar la paz del sueño de un bebé. No quiero renunciar a mis sueños, son fantásticos, son imposibles, pero son mios , y son lo único que no puedo compartir. Prefiero comunicarme con alguien en persona que a través de la frialdad de un teléfono. Me apena ver como cosas que se han construido con el esfuerzo y el tesón de muchas personas y durante mucho tiempo, se malverse y se deshaga con total indiferencia e impunidad. Me gustan los jóvenes que no se conforman, que luchan por un mundo mas justo sin perder el respeto a los demás. Hay ciudades de calles y rincones que me evocan recuerdos que nunca viví. Hay momentos que necesito estar sola. Cuando contemplo el mar tan inmenso, la naturaleza tan sabia , tan extraordinaria ,pienso que quizá Dios no haya debido crear a los seres humanos. Hay épocas de la Historia a las que me gustaría "asomarme". Me gusta pensar que la muerte sea el retorno al estado anterior al nacimiento. Tengo miedo a la oscuridad y a las películas de miedo. Mi timidez sigue siendo un lastre aunque aprendí a disimularla. No sé lo que es la envidia, pero sí la admiración. La suerte para mí es fruto del azar pero además hay que trabajársela. Ya no me afectan tanto las decepciones y los desengaños, mi madurez me ha hecho fuerte. Tengo pánico a las arañas. Me gustaría creer que la paz no es una utopía.

miércoles, 20 de junio de 2012

Once años contigo

Miro de vez en cuando las fotos del viejo albúm donde guardo las fotos aquellas en blanco y negro en las que se reflejan los tiempos de mi infancia. Ahí están mis padres en el día de su boda, tan guapos,tan jóvenes, tan felices...Tenian un cierto parecido, sólo que mi padre era muy alto y mi madre bajita.Yo me quedé en un término medio aceptable.
Tengo recuerdos de mi padre muy nítidos, a pesar del tiempo transcurrido y de que a mis once años cuando aquel amor que reflejaban sus caras en la foto de la boda se acabó y decidieron separarse. No  tengo nada que reprocharles, porque eran sus vidas y de una forma o de otra recibí su cariño y sus cuidados con el sacrificio que significaba eso entonces.
Yo era muy trasto y siempre estaba maquinando diabluras. Mi madre decía que cuando no me oía se echaba a temblar.En el jardín de la casa donde nací a las afueras de Oviedo, teníamos una higera a la que me encantaba encaramarme,y un día mi madre me oyó  chillar, se asomó a la ventana y vió horrorizada como me había quedado enganchada de una rama. Llamó a gritos a mi padre y él al ver la escena le entró un ataque de risa que no era capaz a  bajarme del árbol. Tambien me contaba historias fantásticas que se inventaba sobre la marcha y yo le escuchaba con la boca abierta.Los domingos me llevaba al catecismo y luego a tomar el aperitivo, me sentaba encima de la barra y me daba las aceitunas y las gambas peladas, luego mi madre le echaba la bronca porque yo ya no tenía ganas de comer.
Era un nadador excepcional, salvó a dos personas de morir ahogadas .Cuando íbamos a la playa ,observaba el mar y sabía cuando no  debía meterse. Se  iba nadando mar adentro y mi madre se quería morir, pero él  siempre volvía.Quizá yo heredé su fascinación por el mar aunque como nadadora me quedé en tirando a regular.
Sus cenizas fueron a ese mar como era su deseo. Allí quiero yo llegado el día encontrarme con él y que me cuente mas historias como aquellas, y decirle que permanece en mi recuerdo como entonces,
y que nunca querría haber tenido otro padre que no fuese él.