miércoles, 20 de junio de 2012

Once años contigo

Miro de vez en cuando las fotos del viejo albúm donde guardo las fotos aquellas en blanco y negro en las que se reflejan los tiempos de mi infancia. Ahí están mis padres en el día de su boda, tan guapos,tan jóvenes, tan felices...Tenian un cierto parecido, sólo que mi padre era muy alto y mi madre bajita.Yo me quedé en un término medio aceptable.
Tengo recuerdos de mi padre muy nítidos, a pesar del tiempo transcurrido y de que a mis once años cuando aquel amor que reflejaban sus caras en la foto de la boda se acabó y decidieron separarse. No  tengo nada que reprocharles, porque eran sus vidas y de una forma o de otra recibí su cariño y sus cuidados con el sacrificio que significaba eso entonces.
Yo era muy trasto y siempre estaba maquinando diabluras. Mi madre decía que cuando no me oía se echaba a temblar.En el jardín de la casa donde nací a las afueras de Oviedo, teníamos una higera a la que me encantaba encaramarme,y un día mi madre me oyó  chillar, se asomó a la ventana y vió horrorizada como me había quedado enganchada de una rama. Llamó a gritos a mi padre y él al ver la escena le entró un ataque de risa que no era capaz a  bajarme del árbol. Tambien me contaba historias fantásticas que se inventaba sobre la marcha y yo le escuchaba con la boca abierta.Los domingos me llevaba al catecismo y luego a tomar el aperitivo, me sentaba encima de la barra y me daba las aceitunas y las gambas peladas, luego mi madre le echaba la bronca porque yo ya no tenía ganas de comer.
Era un nadador excepcional, salvó a dos personas de morir ahogadas .Cuando íbamos a la playa ,observaba el mar y sabía cuando no  debía meterse. Se  iba nadando mar adentro y mi madre se quería morir, pero él  siempre volvía.Quizá yo heredé su fascinación por el mar aunque como nadadora me quedé en tirando a regular.
Sus cenizas fueron a ese mar como era su deseo. Allí quiero yo llegado el día encontrarme con él y que me cuente mas historias como aquellas, y decirle que permanece en mi recuerdo como entonces,
y que nunca querría haber tenido otro padre que no fuese él.

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